jueves, 11 de marzo de 2010

jueves 11 de marzo de 2010

Las mejores cosas nunca se sabe por donde empezar a contarlas, aunque siempre parece estar muy claro, de empezar se empieza siempre por el principio y eso es algo universal.

Pues el principio comienza en muchos sitios a la vez, cuatro personitas, cada una desde un lugar diferente se preparaban para su próxima aventura.

Lorena, estudiante de biología de 21 años ha dormido una hora porque se pasó la noche jugando a las películas con unos amigos, se ha despertado a las 7 de la mañana para coger un tren desde león hasta barajas.

Cayetana, orgullosa de su 10 en las prácticas de su carrera, ha hecho un hueco en su agenda de estudiante de magisterio de audición y lenguaje para acercarse a Inglaterra desde Zaragoza a ver a un amigo de los de siempre.

Sonsoles, estudiante de magisterio de educación especial y un poco mas dormilona, sube a un autobús a las 11 de la mañana en Salamanca que tras dos largas horas y media de viaje llegará a barajas con nuestros billetes de avion.

Gonzalo, de 23 años, con su carrera acabada, hoy trabaja con mas ilusión que nunca, ensañando español a sus niños mientras cuenta las horas para la llegada de las esperadas visitas (aunque luego dijo que eramos los cuatro jinetes del apocalipsis).

Y yo, hecha un manojo de nervios, madrugo un poquito, no demasiado, corro a cambiar las los euros por libras, mirar los horarios de los autobuses y a la 1:15 me encuentro en Moncloa sin saber ni por donde me da el aire... en ese momento Sonsoloes Lorena y Cayetana se encuentran en el aeropuerto y yo tras una visita a un familiar entro en la boca del metro sin saber lo que me esperaba. Si de por sí el viaje de metro a barajas es largo desde Quevedo e incluye varios trasbordos, pues voy yo y me confundo de linea y tardo una media hora mas.

Ya todas juntas en el aeropuerto comemos y hacemos los oportunos malabarismos con el equipaje, porque las compañías "low cost" no pasan ni media y tras pasar por los controles policiales encontrar la puerta de embarque nos subimos por fin en el avión. Confesamos que pensábamos que lo perderíamos o que algo sucedería, pero que no nos llegaríamos a sentar en la nave.

Tras un maravilloso vuelo de dos horas con el motor a escasos centímetros de mi nuca y los oídos ataviados por los cambios de presión, llegamos a Liverpool, pero ese no era nuestro destino, ahora tocaba el autobús hasta Manchester, y allí estaba él, con un cartel que decía "welcome to U.K. hermosas", pero no, ese no era el final del trayecto, fuimos a tomar una "paint" en el Old Wellington Pub y luego cogimos otro tren hasta Uppermill, pero eso era tan solo un espejismo, porque el tren que nos iba a dejar en casa tras horas de viaje con una maleta de 32 kg paraba a 15 minutos andando de Uppermill, y gonzalo vive al final del pueblo y había que pasar a comprar la cena, finalmente y después de casi 12 horas de viaje, en casa nos esperaba Jakub (aunque nosotros le llamamos Amparito) con una botella de vino en casa. Amparito es un parisino de 22 años que vive con Gonzalo.

Hemos cenado, hemos charlado, nos hemos reido mucho y ahora toca dormir, porque creo que volvemos a Liverpool.

2 comentarios:

  1. oyes ya veo que os lo habeis pasado genial me ha gustado mucho tu escrito y veo que a sido un viaje grsatificante asi k eso t doy un 9 y medio pa k no t lo kreas del todo jejeje weno wapa un beso y espero ver mas de estos de otros viajes escritos por ti weno y eso a kuidarse y da besos a cayetana de mi parte tb ciao!

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  2. ai mi luci que se fue con una ilusion a ver a su amiguete y lo bien que me quede yo sin ella jaja!!!

    Ananton

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